Los trabajadores que secundaron la huelga del pasado 24 de octubre propusieron al rectorado que el dinero no ingresado ese día se añadiera al fondo de becas para alumnos con situaciones extraordinarias.
El rectorado ha negado esta petición argumentando que ese dinero es necesario para equilibrar el presupuesto.
De aquí nos hacemos una serie de preguntas: ¿el rectorado tiene ya pensado en el presupuesto que va a haber X huelgas al año? ¿Cómo se puede estar en una situación tan precaria que se hace un presupuesto de máximos? ¿Y cómo, a su vez, si se necesita el dinero que los trabajadores dejan de percibir por secundar la huelga, la universidad se gasta 30 millones de euros en un nuevo edificio?
Con respuestas como ésta de nuevo el rectorado descubre su verdadera cara, contra los alumnos, por mucho que firme comunicados con la CRUMA o la CRUE en contra de las medidas de elitización y privatización de la universidad.
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